sábado, 19 de enero de 2013

Últimas impresiones sobre Fringe

Han pasado ya cuatro años desde que escribiese la primera reseña al respecto de Fringe (véase: "Antecedentes científicos") en este blog. En ese tiempo ha evolucionado tanto mi escritura (o eso espero) como la percepción que tenía con respecto a la serie. Lo que comenzó como un hábil remake de Expediente X se ha convertido con el paso del tiempo en un excelente resumen que condensa la mayoría de artificios de la ciencia ficción televisiva con gran acierto aunque también heredó algunos de su defectos. Este es el pequeño obituario que le dedica Ucronía latente a la que probablemente sea la última gran serie de ciencia ficción que se emita en una cadena americana en abierto por muchos años dado que ha comenzado un reinado del duopolio formado por los procedimentales y las sitcom.


Fringe nació en la última época dorada de la ciencia ficción televisiva, cuando el insospechado éxito de Perdidos lleno las parrillas de los diferentes canales comerciales americanos con valientes propuestas en busca del nuevo trono. Sin ir más lejos, la FOX, un canal que siempre va a favor del viento que sopla, llegó a emitir simultáneamente Fringe, Terminator: Las crónicas de Sarah Connor y Dollhouse, pero ninguna llegó a generar la expectación de la isla más alocada de la historia de la televisión. En los últimos años han surgido diferentes propuestas como si se tratasen de setas después de una copiosa lluvia otoñal que han fenecido bajo el cruel látigo de los audímetros (V, FlashForward, Terra Nova o The Event pueden dar fe de ello). Lo que nadie podía esperar es que la única superviviente fuese la caótica Fringe, que hizo el mismo viaje por la parrilla que Chuck, gracias a como ha cambiado la forma en que ve la gente la televisión en los Estados Unidos. Ahora una serie no se valora sólo por su audiencia inicial y el perfil demográfico de ésta, si no también a partir de los visionados en DVR e Internet (véase: "Salvadas por los perfiles de audiencia y los DVR").

Ahora bien, Fringe se convirtió en una especie de patata caliente para la FOX, le encantaba los datos que hacía una semana después de la emisión en directo del capítulo pero odiaba el pobre arrastre que provocaba en su parrilla, haciendo que bajase la potencial audiencia de cada serie que colocaba detrás de ella. Razón en la cual se escudó para colocarla en el peor día de la semana, el viernes, el cajón desastre de las televisiones comerciales norteamericanas, donde se hundió como el resto de series que acaban con sus huesos en ese ignominioso lugar. Eso provocó que estuviese siempre a punto de ser cancelada, un verdadero acicate tanto para los guionistas como para sus sufridos seguidores que no querían que pasase los mismo que con otras series míticas como Firefly y Space: Above and Beyond, que fueron sacrificadas por la FOX sin miramientos y que con el tiempo se han convertido en verdaderas series de culto.

Estos son los antecedentes de una serie que al principio trató de dar una visión más científica (perdón, pseudocientífica) a parte de los argumentos de Expediente X (lo que podríamos llamar su etapa episódica), pero que pronto derivó en una especie de alocado remedo terrestre de una space opera (su grandiosa etapa serial). Los personajes y situaciones se entrecruzaban sin control, los previously se alargaron para tratar de dar algo de coherencia a una narración que avanzaba incontrolada a un imposible final, presa de los impresionantes giros que tomaba al acercarse junio. Lo que antes era una serie en la que podía verse un capítulo suelto (al más puro estilo Expediente X) se transformó en un relato inconexo imposible de seguir si no se habían visto todos los capítulos anteriores (aunque no está al mismo nivel, The Wire se me viene ahora a la cabeza).

Ya sé que Fringe no ha propuesto nada nuevo al género (creo que eso es imposible en la televisión por el momento) pero utilizó, recicló y parodió todo lo que se había visto antes sin sentir remordimiento alguno (el mismo camino que tomó Stargate SG-1 con respecto a la saga de Star Trek). Pudimos ver villanos malísimos, saltos en el tiempo y en el espacio, resurrecciones, universos paralelos, episodios paródicos, episodios musicales y hasta un episodio descolocado. Tuvo también sus altibajos con largas tandas de capítulos que eran simple basura.


En fin, 100 episodios (lo justo para poder sindicarla) que he disfrutado como un enano y que creo que con el paso del tiempo la convertirán en una serie de culto del género (eso seguro viendo cosas en antena como Revolution).

Ahora dejaré lo general para centrarme en su final, que sé bastantes lectores de este blog ya lo han visto al igual que yo y están esperando mi comentario al respecto (aunque no creo que llegue al nivel de los críticos de los que habla Juan Raigada). Así que da inicio un gran (y lo pongo bien grande, así que Inzert abstente de seguir leyendo si todavía no lo has visto):

SPOILER

Vaya por delante que hice un poco de trampa hoy, ya que me reservé el capítulo del viernes pasado (algo que ha sido muy duro por cierto) en la sospecha de que sería más funcional ver este final como si de una película se tratase. Así que esta tarde con una inmensa bolsa de pipas me dispuse a ver el final de mi serie de ficción preferida del último lustro (antes de que alguien salte a decirme que me contradigo, Battlestar Galactica es la del lustro anterior y Doctor Who junto con Star Trek son las de los últimos 10 lustros).

Han sido dos horas maravillosas, no por la calidad intrínseca del final si no porque creo que he visto el primer final de una serie de televisión de ciencia ficción que se ha hecho directamente para el disfrute de los fans. En ningún momento los guionistas se han preocupado en dar meridiana verosimilitud a lo que se estaba viendo. Estoy casi seguro que la supervivencia de Peter al colapso de la línea temporal no soportaría el más leve escrutinio, sin la intervención de Septiembre el que nunca hubiese existido ya que fue éste el que lo salvo de niño en el lago helado. Pero que importa que el final no tenga sentido alguno, nos han dado lo que queríamos: un final feliz cargado de acción, giros inesperados (salvo el de que iba a ser Walter el que fuese al futuro), máquinas inauditas, aparición de los personajes más queridos (incluida la vaca), saltos en el tiempo y en espacio. O sea, una especie de traca final con todos los elementos que han hecho grande a esta serie y donde la moralina barata, la intervención divina o un incompresible final no tuvieron cabida. Hasta el epílogo fue corto e indoloro.

Para el recuerdo quedarán los subtítulos en la lengua de los Observadores, ver a Septiembre con pelo, la vaca ambarizada, lo de soltar en la central de los Observadores todas las sustancias peligrosas que tenían a mano, las balas más cool del universo y el agradecimiento final a todos los seguidores de la serie.


En fin, ha sido un honor seguir durante estos largos cuatro años y medio de Fringe, "ahora sólo espero que pronto salga una digna sucesora. Por el momento de la carrera por el nuevo trono se ha caído Alphas (que cada vez estaba mejor), pero quien sabe lo que nos pueden deparar la segunda temporada de Continuum (Fringe no carburó de verdad hasta la segunda) y los estrenos de Defiance o Helix. Adiós fringemaniácos".

6 comentarios:

  1. A mi me ha encantado, se me ha quedado un vacio en el corazon...

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  2. In Memorian: Fringe

    Han pasado ya cuatro años desde que escribiese la primera reseña al respecto de Fringe (véase: "Antecedentes científicos") en este blog. En ese tiempo ha evolucionado tanto mi escritura (o eso espero) como la percepción que tenía con respecto a la serie. Lo que comenzó como un hábil remake de Expediente X se ha convertido con el paso del tiempo en un excelente resumen que condensa la mayoría de artificios de la ciencia ficción televisiva con gran acierto aunque también heredó algunos de su defectos. Este es el pequeño obituario que le dedica Ucronía latente a la que probablemente sea la última gran serie de ciencia ficción que se emita en una cadena americana en abierto por muchos años dado que ha comenzado un reinado del duopolio formado por los procedimentales y las sitcom.

    Fringe nació en la última época dorada de la ciencia ficción televisiva, cuando el insospechado éxito de Perdidos lleno las parrillas de los diferentes canales comerciales americanos con valientes propuestas en busca del nuevo trono. Sin ir más lejos, la FOX, un canal que siempre va a favor del viento que sopla, llegó a emitir simultáneamente Fringe, Terminator: Las crónicas de Sarah Connor y Dollhouse, pero ninguna llegó a generar la expectación de la isla más alocada de la historia de la televisión. En los últimos años han surgido diferentes propuestas como si se tratasen de setas después de una copiosa lluvia otoñal que han fenecido bajo el cruel látigo de los audímetros (V, FlashForward, Terra Nova o The Event pueden dar fe de ello). Lo que nadie podía esperar es que la única superviviente fuese la caótica Fringe, que hizo el mismo viaje por la parrilla que Chuck, gracias a como ha cambiado la forma en que ve la gente la televisión en los Estados Unidos. Ahora una serie no se valora sólo por su audiencia inicial y el perfil demográfico de ésta, si no también a partir de los visionados en DVR e Internet (véase: "Salvadas por los perfiles de audiencia y los DVR").

    Ahora bien, Fringe se convirtió en una especie de patata caliente para la FOX, le encantaba los datos que hacía una semana después de la emisión en directo del capítulo pero odiaba el pobre arrastre que provocaba en su parrilla, haciendo que bajase la potencial audiencia de cada serie que colocaba detrás de ella. Razón en la cual se escudó para colocarla en el peor día de la semana, el viernes, el cajón desastre de las televisiones comerciales norteamericanas, donde se hundió como el resto de series que acaban con sus huesos en ese ignominioso lugar. Eso provocó que estuviese siempre a punto de ser cancelada, un verdadero acicate tanto para los guionistas como para sus sufridos seguidores que no querían que pasase los mismo que con otras series míticas como Firefly y Space: Above and Beyond, que fueron sacrificadas por la FOX sin miramientos y que con el tiempo se han convertido en verdaderas series de culto.

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  3. Estos son los antecedentes de una serie que al principio trató de dar una visión más científica (perdón, pseudocientífica) a parte de los argumentos de Expediente X (lo que podríamos llamar su etapa episódica), pero que pronto derivó en una especie de alocado remedo terrestre de una space opera (su grandiosa etapa serial). Los personajes y situaciones se entrecruzaban sin control, los previously se alargaron para tratar de dar algo de coherencia a una narración que avanzaba incontrolada a un imposible final, presa de los impresionantes giros que tomaba al acercarse junio. Lo que antes era una serie en la que podía verse un capítulo suelto (al más puro estilo Expediente X) se transformó en un relato inconexo imposible de seguir si no se habían visto todos los capítulos anteriores (aunque no está al mismo nivel, The Wire se me viene ahora a la cabeza).

    Ya sé que Fringe no ha propuesto nada nuevo al género (creo que eso es imposible en la televisión por el momento) pero utilizó, recicló y parodió todo lo que se había visto antes sin sentir remordimiento alguno (el mismo camino que tomó Stargate SG-1 con respecto a la saga de Star Trek). Pudimos ver villanos malísimos, saltos en el tiempo y en el espacio, resurrecciones, universos paralelos, episodios paródicos, episodios musicales y hasta un episodio descolocado. Tuvo también sus altibajos con largas tandas de capítulos que eran simple basura.

    En fin, 100 episodios (lo justo para poder sindicarla) que he disfrutado como un enano y que creo que con el paso del tiempo la convertirán en una serie de culto del género (eso seguro viendo cosas en antena como Revolution).

    Ahora dejaré lo general para centrarme en su final, que sé bastantes lectores de este blog ya lo han visto al igual que yo y están esperando mi comentario al respecto (aunque no creo que llegue al nivel de los críticos de los que habla Juan Raigada). Así que da inicio un gran (y lo pongo bien grande, así que Inzert abstente de seguir leyendo si todavía no lo has visto):

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  4. SPOILER

    Vaya por delante que hice un poco de trampa hoy, ya que me reservé el capítulo del viernes pasado (algo que ha sido muy duro por cierto) en la sospecha de que sería más funcional ver este final como si de una película se tratase. Así que esta tarde con una inmensa bolsa de pipas me dispuse a ver el final de mi serie de ficción preferida del último lustro (antes de que alguien salte a decirme que me contradigo, Battlestar Galactica es la del lustro anterior y Doctor Who junto con Star Trek son las de los últimos 10 lustros).

    Han sido dos horas maravillosas, no por la calidad intrínseca del final si no porque creo que he visto el primer final de una serie de televisión de ciencia ficción que se ha hecho directamente para el disfrute de los fans. En ningún momento los guionistas se han preocupado en dar meridiana verosimilitud a lo que se estaba viendo. Estoy casi seguro que la supervivencia de Peter al colapso de la línea temporal no soportaría el más leve escrutinio, sin la intervención de Septiembre el que nunca hubiese existido ya que fue éste el que lo salvo de niño en el lago helado. Pero que importa que el final no tenga sentido alguno, nos han dado lo que queríamos: un final feliz cargado de acción, giros inesperados (salvo el de que iba a ser Walter el que fuese al futuro), máquinas inauditas, aparición de los personajes más queridos (incluida la vaca), saltos en el tiempo y en espacio. O sea, una especie de traca final con todos los elementos que han hecho grande a esta serie y donde la moralina barata, la intervención divina o un incompresible final no tuvieron cabida. Hasta el epílogo fue corto e indoloro.

    Para el recuerdo quedarán los subtítulos en la lengua de los Observadores, ver a Septiembre con pelo, la vaca ambarizada, lo de soltar en la central de los Observadores todas las sustancias peligrosas que tenían a mano, las balas más cool del universo y el agradecimiento final a todos los seguidores de la serie.



    En fin, ha sido un honor seguir durante estos largos cuatro años y medio de Fringe, "ahora sólo espero que pronto salga una digna sucesora. Por el momento de la carrera por el nuevo trono se ha caído Alphas (que cada vez estaba mejor), pero quien sabe lo que nos pueden deparar la segunda temporada de Continuum (Fringe no carburó de verdad hasta la segunda) y los estrenos de Defiance o Helix. Adiós fringemaniácos".

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  5. Si hubieras puesto el título de la entrada como debe ser, yo no lo habría publicado bien.

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  6. Pues. a mi el final me ha parecido una basura, totalmente predecible, que no hace honor al resto de la serie...

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