martes, 20 de julio de 2010

Secuencias favoritas (22): El séptimo sello

El cine encierra en si mismo la posibilidad de trastocar la realidad para su conveniencia. No es un simple transmisor de paisajes o una visualización de historias, sino un compendio de casi todas las artes, escénicas o no. En este contexto, en ocasiones, emerge una plasticidad única, propia de la imagen animada e imposible para las demás disciplinas, como siempre a través de la genialidad de un director no sujeto a las ataduras de la taquilla. Ingmar Bergman (1918-2007) era uno de esos directores.

Imagínate una mañana soleada en un playa, en el cielo un tenebroso pájaro vuela libre a la espera de su premio, mientras que en tierra descansa un extenuado caballero junto con su escudero. Pero algo inaudito rompe la clásica escena, un tablero de ajedrez descansa sobre una roca, perfectamente dispuesto para una partida y además es el centro de la escena. ¿Qué sentido tiene esto? ¿Algún significado oculto? ¿Qué tienen que ver las palabras extraídas del Apocalipsis que resuenan al mismo tiempo?

El caballero se dirige a Dios en busca de la verdad, algo que justifique sus diez años en Las Cruzadas (información que se conocerá a posteriori), pero recibe como respuesta la visita de La Muerte. Justo en ese momento, cuando parece que le sobreviene su final dentro del oscuro manto fatal (el fundido a negro definitivo), el caballero reta a la muerte a un partida de ajedrez para ganar tiempo y, si acaso vence, la redención (algo así como el primer punto de inflexión clásico del guión de un film, pero en la página 3 de éste).

La presencia del tablero está justificada, el caballero cree en Dios y por lo tanto en La Muerte, por lo cual ya tenía en cierta forma planificado su encuentro, siendo además su creencia recompensada con algunas de las respuestas que buscaba en su devenir por Tierra Santa.

Bueno, estos son los cuatro primeros minutos del film "El séptimo sello" (1957), la mejor película del siempre difícil Ingmar Bergman:



En fin, "por lo menos ya sabemos una improbable forma de escapar al siempre mortal abrazo de La Muerte, valga la redundancia".

2 comentarios:

  1. Yo en vez de un ajedrez, llevo unas chapas. Más rápido y con más probabilidades de ganar...

    ResponderEliminar
  2. Una de las películas que tengo en la lista de "pendientes por ver"...

    Y solo por estos cuatro minutos, ya me has convencido más, me encantan esas idas de olla de vez en cuando.

    ResponderEliminar

No dudes en comentar este artículo si te apetece. Sólo pedirte un pequeño favor: "no utilices abreviaturas que atenten contra nuestra lengua común".